23/3/11

Cuando se es pie.

Me duele la puntita de los dedos de los pies, están cansados de que la vida los rose y que por defecto tengan que aprender a endurecerse cada vez más con el pasar del tiempo.

Porque cuando se es pie, y se mira todo desde abajo, el tiempo gira no más lento pero sí más denso porque te re cae un gran peso, el peso del cuerpo, de la mente, del alma y del corazón.

En cambio el arco se destructura de su natural estructura... en verdad parte de uno nunca quiso tener los pies sobre el piso y es que el arco es rebelde pero soñador, porque en su cabeza está el empeine que con esfuerzo crece y se enjoroba y en su lomo junta la experiencia que le dio el siempre ir de frente.

Al talón no la pasa para nada mejor, constantemente mantiene la compostura, sumamente estructurado y sistemático. Entiende mejor que nadie la técnica del paso a paso añorando con alguna vez llegar a la libertad que posiblemente hasta el día en que por fin el impetuoso afan de avanzar logre cesar, no lo halle jamás.

A mi me duelen las puntita de los dedos de los pies, pero por suerte no soy pie porque cuando se lo es te acostumbras al dolor, a las heridas, al montón de costritas y te reducís a ir hacia delante, desesperanzada y eternamente hacia adelante.

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